No dejes que el azar vista tu árbol de Navidad con los "adornos de otros años", con lo que va surgiendo o con lo primero que pillas. Mira a tu alrededor, elige un estilo según sea tu hogar y decora al rey de la casa estos días con mucho gusto. Vamos a proponerte tres tendencias que te encantarán. ¿A cuál te apuntas?


Estilo nórdico

La fiebre "hygge" se ha instalado en nuestros hogares y su influencia llega también a la decoración navideña. Su máxima: un estilo relajante, tranquilo, donde predomina lo artesano, los rojos, azules y blancos. Y sí, tu árbol de Navidad puede adaptarse a este estilo. Apunta qué elementos no pueden faltarle.

Olor a bosque
Esta tendencia evoca las frías noches del norte, el bosque, la nieve... Al abrigo del hogar, se transforma en adornos apacibles, que transmiten calidez. La madera es uno de los imprescindibles si quieres un árbol que abrace este estilo
Los colores básicos
El rojo, el azul y el blanco son los colores de mayor presencia en este estilo. Si los reservas para bolas y figuritas, se "abrirán paso" entre los elementos de madera aportando la alegría y el color propios de estas fechas. Y recuerda que las bolas no tienen por qué ser todas iguales, o ni siquiera parecidas; si respeta la gama de colores, puedes jugar con los tamaños y las texturas.

¡Vaya tela!
Hogar, calor, tardes en familia... ¿Qué más te sugiere esta tendencia? A nosotros, una decoración "suave", agradable al tacto, que invite a la calma. La tela forma parte también de este estilo y viste figuritas y detalles aportando serenidad, blandura.



Estilo Tradicional

Piñas, madera, pequeños animalitos, muérdago... y rojo, mucho rojo. Así ha sido y es la decoración navideña de nuestros hogares, la más tradicional, la que ha sobrevivido al paso del tiempo y a las modas, la que teníamos de pequeños y nos sigue fascinando de mayores. Figuras que nos llevan a otros días, a la infancia, a los sabores y los aromas con los que crecimos y que ahora, en Navidad, tanto nos gusta recordar. ¿Te apuntas a este paseo por el recuerdo, por la nostalgia, por la vida?

Pura naturaleza
La madera –y su inconfundible aroma– siempre ha formado parte de la decoración navideña. Y sigue, pero lo hace renovándose en elementos tan originales como este colgante para el árbol que incluye un copo de nieve cosido con lana. ¿No te gustaban de niña las figuritas de animales? Seguro que de mayor también.

Otro clásico
Las bolas de Navidad son otro de esos "básicos" para el árbol. En esta tendencia, "mandan" el rojo y el verde. Atrévete y opta por bolas que tengan un plus.
Con buena estrella
No hay Navidad sin árbol ni árbol sin estrella. Una vez vestido tu abeto, corónalo con una estrella que no desentone con el resto de la decoración. Para esta tendencia, olvídate de brillos.


Estilo con brillo

Sí, estamos de acuerdo: la Navidad brilla con luz propia. Y, además, nos gusta tener parte de ese brillo en casa. Por eso ponemos lucecitas, velas y elementos decorativos con acabado brillante. Si te gusta ese estilo, puedes atreverte con un árbol de protagonizado por él. Para ello, necesitas bolas y figuritas con ese acabado y luz, mucha luz. Toma nota.

Muy variadas
En la variedad está el gusto, y este estilo te permite mil opciones. Por ejemplo, en las bolas de Navidad pueden convivir los acabados plateados y dorados con bolas blancas que tengan algún tipo de adorno en glitter, colores con acabados brillantes y de purpurina... Triunfarás si las combinas con algunas bolas totalmente transparentes.




Ideas brillantes
Y, como no solo de bolas vive tu árbol, elige elementos decorativos también con acabado en brillo o metal que convivan con otros de otros materiales –tela, por ejemplo– pero que estén dentro de la misma gama de color. ¿Qué te parece añadir a tu refulgente árbol estos tres elementos? Bellota de cristal rematada con pequeñas piedrecitas brillantes, estrella con abalorios, y muñeca de tela.
En la cumbre
Para coronar este árbol, una estrella. Plateada, por supuesto. Esta es de estructura metálica y está cubierta con hilos plateados que harán que refulja en lo alto de tu abeto.