Primero tienes que tener en cuenta el color del sofá, si es liso o estampado, y todo lo que tienes alrededor de él. Una opción acertada es seguir los colores que tienes en las dobles cortinas, y si no las tienes, en la alfombra o el papel pintado de la pared, o incluso, la tapicería de las sillas, siguiendo la gama de colores de lo que ya tienes, reforzarás el mismo estilo de decoración, pero si te apetece un cambio, tienes que incorporar otros colores, estampados o rayas para dar un look distinto.

Si mezclas varios estampados, que sean de la misma gama de colores o que tengan colores en común.

Las texturas también importan, si los cojines los eliges de hilo y algodón, potencias el estilo rústico, si los eliges de terciopelo, el look glamuroso; si los prefieres estampados de flores, el estilo romántico; si te apetecen adamascados, el look es clásico.

 

La opción más original es la variedad de medidas, las más habituales son de 45 x 45,  de 40 x 40 y 30 x 50. Es mejor poner más cantidad de cojines de esas medidas, que menos y más grandes. La confección tiene que ser con cremallera, con botones, lazos o de cualquier forma, que puedas quitar el relleno para lavar en lavadora o llevar a la tintorería.

Si te gustan los cojines más elaborados, elígelos con cordón, con botones, con pasamanería, con lazos,…