Imagina la escena: Es el día más soleado. Corres a la ventana, la abres de par en par, buscas el sol con la cara, cierras los ojos, respiras hondo y sonríes. Qué placer... Tras unos segundos, abres los ojos, te giras aun con la sonrisa en los labios... ¡y se te borra de golpe! Deprimente. Tu casa tiene un aire tan triste y a ti te apetece una visión más inspiradora. En tus manos está conseguirlo.

El invierno invita a guardar más que a tirar y a buscar el abrigo acumulando plaids, mantitas, detalles como velas, libros, revistas... Es el momento de parar. Piensa los espacios de 0, tira aquello que no necesites y reorganiza. La ligereza y el orden harán que te sientas más libre.

Es muy fácil y no sabes lo que te ayudará. Busca un rincón con buena luz y crea un pequeño jardín con plantas verdes. No solo oxigenarán el espacio y le darán vida, representan el crecimiento y te transmitirán seguridad y armonía.

Te apetecerá el color y los cojines son la forma más fácil, efectiva y económica de dárselo a tu casa. Cámbiales la funda y ya lo tienes. Elige colores vitales como el amarillo, el rosa, el azul turquesa o el greenery. Se llevan. Y combina lisos, floreados o estampados geométricos.

Los tienes, seguro. Desde que llevamos el móvil pegado a los dedos, nuestros álbumes familiares son infinitos. Elige los momentos que te hayan hecho más feliz y enmárcalos. Puedes crear una composición de cuadros con ellos y destacar así esa pared de tu casa que se había vuelto invisible.

Estás de suerte porque va con energía solar. Abre ventanas y deja que el sol llegue a todos los rincones de casa. Coloca espejos estratégicamente para que reciban los rayos y los multipliquen. Y cambia las cortinas. De algodón y trama abierta son perfectas para conseguir intimidad y no perder nada de luz.

Recupera, haz crochet, pinta... exprésate y decora con tus creaciones. Trabajar con las manos relaja y provoca placer. Y los detalles personales dan alma a las casas. Decorar tu casa con tus últimas piezas, por pequeñas que sean, le dará personalidad y la renovará.

Y ahora, pon música, hazte una infusión energizante, sigue surfeando por nuestra galería de imágenes y planifica tu perfecta casa antiastenia. Tan solo planeando te sentirás muuuucho mejor porque la felicidad está en la antesala de la felicidad.