¿Recuerdas lo bien que sienta dedicarse un día para uno mismo? Pues ahora piensa en lo bien que puede lucir tu casa tras un día de atención y dedicación absoluta a ella. Es más, si sigues estos consejos, tu casa parecerá literalmente otra distinta de la que era por la mañana. Elige una estancia, ¡y renuévala en menos de 24 horas!
Empapela una pared
Una exuberante jungla tropical en tu dormitorio, un impactante juego óptico que difumine los límites de tu salón, un marco de cuento para la habitación de los niños... Todo eso y mucho más es lo que puede hacer el papel decorativo y, además, en un solo día.
El truco es seleccionar una (y solo una) pared clave dentro de la estancia: el papel decorativo la convertirá en el centro de atención sin necesidad de complicarse con esquinas o marcos de puertas o ventanas. Elige un papel decorativo con base de ‘tejido no tejido’, los más fáciles de colocar, puesto que solo requieren encolar la pared y no las tiras de papel –para lo que necesitarías un tablero largo–; también son los más sencillos de retirar, ya que salen prácticamente de una pieza y sin apenas dañar la pared.
Y, en cuanto a los diseños, aunque es básicamente una cuestión de gustos, piensa que cuanto más grandes son los motivos de los estampados más habilidad se necesita para hacerlos coincidir con un resultado perfecto, además de más papel extra.
Empapela una pared
Una exuberante jungla tropical en tu dormitorio, un impactante juego óptico que difumine los límites de tu salón, un marco de cuento para la habitación de los niños... Todo eso y mucho más es lo que puede hacer el papel decorativo y, además, en un solo día.
El truco es seleccionar una (y solo una) pared clave dentro de la estancia: el papel decorativo la convertirá en el centro de atención sin necesidad de complicarse con esquinas o marcos de puertas o ventanas. Elige un papel decorativo con base de ‘tejido no tejido’, los más fáciles de colocar, puesto que solo requieren encolar la pared y no las tiras de papel –para lo que necesitarías un tablero largo–; también son los más sencillos de retirar, ya que salen prácticamente de una pieza y sin apenas dañar la pared.
Y, en cuanto a los diseños, aunque es básicamente una cuestión de gustos, piensa que cuanto más grandes son los motivos de los estampados más habilidad se necesita para hacerlos coincidir con un resultado perfecto, además de más papel extra.
Cambia las cortinas
No solo influyen en la estética de una habitación sino que incluso pueden llegar a ampliar visualmente sus dimensiones. Dale un aire delicado y un punto mágico al dormitorio con unas vaporosas caídas que reposen ligeramente sobre el suelo para un efecto más teatral –y poténcialo con unos recogidos a ambos lados– o actualiza de un plumazo un salón clásico con un depurado estor –los enrrollables son los más sencillos de instalar y los que ofrecen un acabado más depurado–.
Si te gustan los paneles japoneses, ten en cuenta que deberás tomar medidas del espacio a cubrir de forma cuidadosa y encargar las guías a medida; y cuenta con el espacio necesario para recogerlos cuando están totalmente abiertos.
Las telas de colores lisos y neutros son las más fáciles de encajar en cualquier ambientación. Para calcular la cantidad que necesitarás, piensa primero en el sistema de sujeción y en el volumen que quieres darle a las caídas: si las quieres muy lisas, bastará con añadir unos 25 cm a ambos lados de la ventana que quieras cubrir aunque, si te gustan con bastante rizo, deberás multiplicar por dos –o incluso por tres, en el caso de visillos muy finos– la anchura de la ventana o balconera.
No solo influyen en la estética de una habitación sino que incluso pueden llegar a ampliar visualmente sus dimensiones. Dale un aire delicado y un punto mágico al dormitorio con unas vaporosas caídas que reposen ligeramente sobre el suelo para un efecto más teatral –y poténcialo con unos recogidos a ambos lados– o actualiza de un plumazo un salón clásico con un depurado estor –los enrrollables son los más sencillos de instalar y los que ofrecen un acabado más depurado–.
Si te gustan los paneles japoneses, ten en cuenta que deberás tomar medidas del espacio a cubrir de forma cuidadosa y encargar las guías a medida; y cuenta con el espacio necesario para recogerlos cuando están totalmente abiertos.
Las telas de colores lisos y neutros son las más fáciles de encajar en cualquier ambientación. Para calcular la cantidad que necesitarás, piensa primero en el sistema de sujeción y en el volumen que quieres darle a las caídas: si las quieres muy lisas, bastará con añadir unos 25 cm a ambos lados de la ventana que quieras cubrir aunque, si te gustan con bastante rizo, deberás multiplicar por dos –o incluso por tres, en el caso de visillos muy finos– la anchura de la ventana o balconera.
Diseña un dosel
¿Siempre has soñado con una espectacular cama con dosel pero crees que las dimensiones de tu dormitorio no lo permiten? Pues resérvate el día y toma nota de estas ideas para envolver tu cama con un aura de romanticismo sin necesidad de cambiarla por una con postes que ocupe todo el espacio.
Unas simples barras de cortinas fijadas al techo –pueden ser cuatro, enmarcando toda la cama o dos, una en la cabecera y otra a los pies– bastan para poder sujetar las caídas –cuanto más finas y vaporosas, mejor– con lazos, pinzas o el sistema que se desee.
Para un efecto aún más ligero, sustituye las barras por unos ganchos a los que sujetar directamente la tela o con ayuda de un cable o cordón entre ellos.
Sea cual sea la opción elegida, remata el efecto con recogidos estratégicos en la cabecera y a los pies de la cama.
Instala una puerta corredera
Puedes ganar hasta 1,5 m2 de espacio libre –suficiente para instalar un pequeño office en la cocina o un rincón de lectura o despacho en el salón– y, además, disfrutarás de espacios más fluidos y comunicados entre sí.
Hay muchas entre las que elegir: desde las empotradas con hoja oculta –las más prácticas, pues se puede aprovechar toda la pared liberada, aunque también las más caras y que requieren de una colocación profesional– hasta las de hoja vista que, además de ser la opción más económica, permiten la instalación incluso por parte del propio usuario (con unas mínimas habilidades bricoladoras) ya que prácticamente basta con colocar los herrajes y las guías de forma adecuada.
Una mampara en el baño
Que el baño se convierta en una piscina cada vez que te das una ducha no ayuda a que esta sea un momento de relax y bienestar. Ponle remedio con una mampara que no solo proteja de las salpicaduras, sino que también ayude a mantener la temperatura ideal durante la ducha.
Los modelos totalmente transparentes son los más ligeros visualmente, por lo que resultan adecuados para baños reducidos, aunque, más allá de la estética, hay que tener en cuenta cuestiones como el tamaño o el tipo de apertura. Las de tipo corredero son las más habituales, ya que no requieren espacio libre para abrirse, aunque hay batientes que abren hacia adentro que también son una excelente opción. Sea cual sea la apertura elegida, conviene que el acceso tenga un mínimo de 50-60 cm de ancho y que la altura del panel sea mayor que la del usuario.
Algunas firmas cuentan con un servicio de configurador de mamparas, mediante el cual se pueden realizar todo tipo de combinaciones de medidas, acabados, perfiles, etc, para diseñar un diseño personalizado y que se ajuste al 100% a nuestras necesidades. Suelen estar disponibles en su web, por lo que no está de más experimentar un poco para aclararnos las ideas.
Barra libre
Más estrecha que una mesa de comedor convencional pero suficiente tanto para reunir a unos pocos comensales como para guardar debajo los taburetes y que no molesten. Una barra es, sin duda, un gran aliado en muchos espacios, desde la cocina a la terraza, ya sea para disfrutar de desayunos rápidos o de relajados aperitivos.
Todo lo que necesitas es un tablero del ancho que se ajuste al espacios –con unos 35 cm, ya tienes una superficie práctica, aunque puede ser incluso menor– y pensar cómo lo colocarás: en la pared o sobre patas.
En el primer caso, hazte unas escuadras (las hay abatibles, para poder plegar la barra cuando no se use, adecuadas en espacios muy estrechos) y fíjalas a la pared; y en el segundo, con unas patas para atornillar al tablero –la altura dependerá de si quieres usar taburetes altos de bar o bajos como una silla–.
Remata el conjunto con una lámpara que ilumine la superficie de la barra y realce el conjunto.
Pon un toldo
No esperes a que el sol se cuele hasta medio salón y caldee el ambiente para pensar en lo bien que te vendría tener un toldo en la terraza, el balcón o el porche. Aprovecha los meses de frío, la temporada baja de las empresas especializadas en estos equipamientos, para solucionar el tema en un día y olvidarte durante los próximos diez años (siempre que lo mantengas en buenas condiciones).
Los hay de muchos tipos (telescópicos, de brazos articulados y extensibles, correderos...) en función del espacio a cubrir aunque, sea cual sea el sistema elegido, es aconsejable dotarlos de elementos de protección como los cofres (que los conservan frente a la intemperie cuando no están en uso) e incluso sensores y automatismos que pueden recoger el toldo de forma automática en caso de lluvia o viento fuerte, programarse por horas, simular presencia, etc. Si los incluyes en el momento de la instalación del toldo resultarán más económicos que si lo haces más adelante.
No esperes a que el sol se cuele hasta medio salón y caldee el ambiente para pensar en lo bien que te vendría tener un toldo en la terraza, el balcón o el porche. Aprovecha los meses de frío, la temporada baja de las empresas especializadas en estos equipamientos, para solucionar el tema en un día y olvidarte durante los próximos diez años (siempre que lo mantengas en buenas condiciones).
Los hay de muchos tipos (telescópicos, de brazos articulados y extensibles, correderos...) en función del espacio a cubrir aunque, sea cual sea el sistema elegido, es aconsejable dotarlos de elementos de protección como los cofres (que los conservan frente a la intemperie cuando no están en uso) e incluso sensores y automatismos que pueden recoger el toldo de forma automática en caso de lluvia o viento fuerte, programarse por horas, simular presencia, etc. Si los incluyes en el momento de la instalación del toldo resultarán más económicos que si lo haces más adelante.
Aprovecha la terraza
Los días son cada vez más fríos y cuando miras a tu balcón abandonado a su suerte piensas: ¿por qué no habré cerrado la terraza ya? Porque sabes que vuelve el verano y que te gusta salir a hacer un vermut o a leer al fresco... Puedes tener ambas cosas si instalas un cerramiento de tipo plegable sin perfiles.
Estas cortinas de cristal (que pueden situarse desde la barandilla hasta el techo o de techo a suelo, según el tipo de balcón o terraza) resultan muy versátiles, ya que permiten disfrutar de un espacio a resguardo de las inclemencias meteorológicas, con entrada de abundante luz natural, sin renunciar a la posibilidad de abrirlo por completo al exterior durante los meses de buen tiempo. Sin olvidar que mantienen el balcón mucho más limpio, reducen el ruido procedente de la calle hasta en un 50% y contribuyen a ahorrar energía al mejorar el aislamiento térmico de la casa.
Un rincón privado
Un hueco difícil entre columnas, el espacio bajo la ventana, una esquina desaprovechada... Seguro que si miras con suficiente intención el salón o el dormitorio encuentras ese rincón que puedes convertir en refugio personal. ¿Ya lo tienes? Pues ahora, equípalo: unos simples cojines –mejor sobre una alfombra– pueden ser suficiente si quieres disfrutar de un pequeño chill-out en el que desconectar durante unos minutos aunque, si prefieres algo más clásico, cámbialos por una cómoda butaca –si hay espacio, con reposapiés– y conviértelo en tu zona de lectura, asegurándote de completarlo con una lámpara orientable que te dé una buena iluminación puntual.
Sigue buscando: quizás la parte baja de esa ventana sería un lugar ideal para colocar un escritorio e improvisar un estudio –puedes combinarlo con una de las sillas del comedor, si no sobran los metros–; o ese hueco junto al armario podría albergar un banco de obra con espacio para guardar... Tómate el día para localizar –y materializar– rincones personales que harán más acogedora tu casa.
Un hueco difícil entre columnas, el espacio bajo la ventana, una esquina desaprovechada... Seguro que si miras con suficiente intención el salón o el dormitorio encuentras ese rincón que puedes convertir en refugio personal. ¿Ya lo tienes? Pues ahora, equípalo: unos simples cojines –mejor sobre una alfombra– pueden ser suficiente si quieres disfrutar de un pequeño chill-out en el que desconectar durante unos minutos aunque, si prefieres algo más clásico, cámbialos por una cómoda butaca –si hay espacio, con reposapiés– y conviértelo en tu zona de lectura, asegurándote de completarlo con una lámpara orientable que te dé una buena iluminación puntual.
Sigue buscando: quizás la parte baja de esa ventana sería un lugar ideal para colocar un escritorio e improvisar un estudio –puedes combinarlo con una de las sillas del comedor, si no sobran los metros–; o ese hueco junto al armario podría albergar un banco de obra con espacio para guardar... Tómate el día para localizar –y materializar– rincones personales que harán más acogedora tu casa.
Fuente: El Mueble
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