¿Cuál es el secreto para
vivir más feliz? Sin duda, tener una casa donde disfrutar de momentos
alegres y plenos nos ayudará a lograrlo. No es complicado, solo
necesitas plantas, luz, orden y armonía.
Si la cara es el espejo
del alma, la casa es el espejo de tu vida diaria. Tu casa dice mucho de
cómo eres, de cómo vives y de cómo te sientes. Si vives rodeada de cosas
que te hacen feliz, seguro que serás más feliz. Y al contrario, si tu
ambiente más íntimo no encaja con tus intereses vitales, te sentirás mal
en tu propia casa,
sin saber por qué. Mira alrededor y pregúntate: ¿te gusta lo que ves?,
¿qué emociones te transmite cada estancia?, ¿qué cambiarías para
sentirte mejor? Las respuestas a estas preguntas te descubrirán qué es
lo que puedes mejorar.
Primero, conéctate con la naturaleza
Vivir
rodeado de vegetación nos hace sentir bien y aporta felicidad. Está
comprobado que las plantas mejoran la salud y potencian la sensación de
bienestar, ya que purifican el aire y eliminan sustancias químicas
nocivas. Elígelas frondosas en el salón,
aromáticas en la cocina y verdes para el dormitorio. Busca la armonía
con especies de hojas sin puntas o pinchos. Algunas plantas concretas
como el tronco de la felicidad, se relacionan con los buenos augurios.
Pruébalo y colocála en el salón; te aportará energía positiva.
Atrapa la luz del sol
La
luz natural es otra gran fuente de salud: activa el sistema
inmunitario, aporta alegría y optimismo y es el mejor antídoto para
combatir el decaimiento. Estudios científicos revelan que la exposición a
la luz solar ayuda a equilibrar los neurotransmisores del cerebro, de
modo que cuanta más cantidad de horas de sol disfrutemos, menos
problemas de ánimo tendremos. Para atraerla distribuye las zonas de día
hacia el sol y
sitúa los muebles para aprovechar al máximo la luz natural. Cáptala con
la ayuda de tonos blancos, telas transparentes y materiales, como el
cristal, que permiten que viaje la luz hasta el último rincón de la
casa.
Una casa para vivirla en compañía
Cultivar las
relaciones positivas, conectar con la familia y con los amigos, estimula
nuestra capacidad de socialización y, con ello, nuestra emotividad.
Abre las puertas de casa, recibe con ilusión y celebra la suerte de
poder compartir tu espacio con los demás. Redecora el salón, el comedor
o la terraza con elementos (pufs, sillas plegables...) que te permitan
recibir cómodamente a tus invitados. Y piensa en los niños. También para
los más pequeños de la casa el compartir es vital; piensa en ello y
elige una cama nido, para que puedan invitar a sus amigos a dormir.
La cocina, el corazón vivo de la casa
El
Feng Shui y otras ciencias consideran la cocina como el alma del hogar.
Este es el espacio donde se ubica el "fuego", el lugar de cocción de
los alimentos y donde se nutre el interior. Por eso es importante
articular la cocina como uno de los ejes de la vida familiar: darle espacio, luz y, sobre todo, vida. Crea un office
y utílizalo a diario, para las comidas en familia, dedica una tarde a
cocinar con los niños y hacer que se empolven de harina mientras
preparan unas galletas, y convierte la cocina en un informal centro de
reunión si vienen amigos. Tener a la vista alimentos (cuencos de frutas
frescas, verduras y frutos secos) es una fuente de prosperidad, según el
Feng Shui, y además ayuda a llevar una dieta equilibrada.
Espacios ordenados, igual a paz interior
Los
espacios ordenados no solo resultan más prácticos; nos facilitan el día
a día y nos aportan calma y felicidad. La clave es organizar tu entorno
próximo (el armario, tu mesa, tu rincón) para que tengas todo a mano y a
tu gusto. Aprovecha para tirar los objetos que ya no necesitas.
Practica el desapego, regala a tus amigos lo que no usas. Así estarás
propiciando la limpieza interior, dejando espacio para que entren cosas
nuevas en tu vida.
Un rincón para reencontrarte
Elige un
lugar de tu casa en el que te sientas especialmente bien. Dispón en él
los elementos necesarios para convertirlo en tu refugio personal. Una
butaca y una lamparita o unos cojines sobre una alfombra... Coloca
objetos que refuercen la sensación de calma
y desconexión (una imagen de un amanecer, unas flores...). Relájate
cada día, sentándote un rato y controlando la respiración, como una
especie de meditación personal. Bastarán pocos minutos al principio. Si
tienes niños, dispón en su habitación una silla o cojines y explícales
que esa zona es su refugio cuando necesiten tranquilizarse o sentirse
mejor.
Practica la gratitud y valora tu casa
Practicar
la gratitud, el saber reconocer y valorar las cosas buenas que nos
regala la vida, es una forma eficaz de potenciar la felicidad. Agradece
las pequeñas cosas del día a día y reconoce qué agradable resulta tener
agua caliente o disfrutar de una buena lectura.
Rodéate de imágenes positivas, de fotos de momentos felices, con tu
pareja, tus hijos.... Y disfruta realmente del placer de vivir tu casa y
sentirte feliz en ella.
Orden y luz
- Una casa llena de luz potencia el buen humor y la felicidad.
- Los espacios despejados ayudan a sentirse más libre y cómoda.
- Ver árboles alarga la vida, segun un estudio hecho en Japón
Compartir
- Abre las puertas de tu casa y celebra la suerte de compartir.
- Es más fácil llevar una vida sana si en la cocina vemos fruta y verdura.
- Cocinar y comer juntos refuerza los vínculos afectivos.
Armonía
- Crea un pequeño rincón donde relajarte y desconectar cada día.
- El orden proporciona espacios más serenos y paz interior.
- Rodéate de imágenes positivas y disfruta de lo cotidiano.
Rodearse de belleza natural
Nuestra
vida transcurre entre asfalto y plástico. En cambio el entorno natural
es el que genera felicidad. Mi mejor consejo está en coger lo que la
naturaleza nos da y aprovechar lo mejor de cada estación: adorna tu casa
con flores de temporada, con plantas verdes, con hojas que recojas del bosque, o de un jardín cercano a tu casa. Basta con un simple jarrón y unas hojas verdes.
El presente como fuente de felicidad
Conectar
con el presente, sentir el "aquí y ahora" es una actitud positiva que
conduce a la felicidad. Y vivir el presente en una casa significa
tenerla a punto, darle una mano de pintura y redecorarla con pequeños
cambios. Mi consejo para esta primavera es que vistas la casa con colores que conectan con la naturaleza: verdes, amarillos, rosas... Y que la disfrutes intensamente.
Energía positiva en el dormitorio
Un
descanso reparador no solo aporta salud, también contribuye a nuestra
estabilidad emocional. Para lograrlo, el dormitorio debe estar libre de
contaminación electromágnética. De noche, desenchufa todos los aparatos
eléctricos (lamparita, tele, radios...) y ¡retira el móvil! Si puedes,
elige la habitacion más oscura y alejada de zonas de alta tensión y despiértate con la luz del sol.
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